La historia del origen de Cristóbal Colón y el lugar donde descansan sus restos ha sido un tema tan envuelto en misterio, controversia y disputas como sus propios viajes transatlánticos. Desde hace más de cinco siglos, la identidad del descubridor de América ha generado múltiples teorías, investigaciones y debates. Ahora, con la segunda fase de una investigación iniciada en 2003 y nuevas pruebas de ADN, la controversia resurge con fuerza, prometiendo «reescribir la historia» en torno a este enigma histórico.

El hallazgo fortuito de unos huesos olvidados

Todo comenzó en diciembre de 2003, cuando Emilio Portes, un empresario que acababa de adquirir la empresa ‘Pickman. La Cartuja de Sevilla’, encontró una caja de zinc algo oxidada en un cuarto donde se almacenaban los archivos de la compañía, ubicada entre Santiponce y Salteras. La caja contenía restos humanos, específicamente los huesos de Diego Colón (Giacomo), el hermano menor del célebre almirante. Según le informaron, los restos habían sido enterrados en un jardín de la empresa cuando ésta se trasladó desde el Monasterio de la Cartuja en 1977, y fueron exhumados para la investigación en curso.

La sorpresa de Portes fue mayúscula cuando se enteró de que esos restos eran parte de una investigación sobre el ADN de Cristóbal Colón y su familia, llevada a cabo por un equipo de antropología forense de la Universidad de Granada, liderado por los expertos Miguel Botella y José Antonio Lorente. En la primera fase del análisis, se logró establecer que Diego y Cristóbal Colón compartían la misma madre, confirmando un vínculo familiar directo. Pero, ¿qué significaba esto realmente en términos de la controvertida nacionalidad de Colón?

Un misterio que resiste a la ciencia

El estudio inicial de ADN entre 2003 y 2005 ofreció conclusiones importantes, pero dejó muchas preguntas sin respuesta debido a las limitaciones tecnológicas de la época. La prueba genética solo permitió confirmar la relación entre los hermanos y su padre, pero no podía precisar el origen geográfico del célebre navegante. Las pruebas realizadas en ese momento concluyeron que los restos hallados en la Catedral de Sevilla correspondían efectivamente a Cristóbal Colón, lo que desató la controversia con la República Dominicana, país que también reclamaba poseer los restos del almirante en la Catedral de Santo Domingo.

Durante años, esta batalla sobre la identidad y el destino de los huesos de Colón ha persistido. Mientras Sevilla defiende que los restos allí presentes son los auténticos, la República Dominicana se ha negado a realizar pruebas científicas que confirmen su versión. Como suele suceder en estas controversias históricas, no faltan las teorías alternativas, algunas bastante disparatadas, que sitúan a Colón como catalán, gallego, portugués, e incluso de origen corso. ¡Hasta 25 regiones y países distintos han reclamado alguna vez la nacionalidad del navegante!

Segunda fase de la investigación: ¿una oportunidad para la verdad?

Con el avance en las técnicas de análisis de ADN, en 2021, José Antonio Lorente decidió retomar la investigación que había quedado inconclusa en 2005. La segunda fase prometía ser revolucionaria, ya que las nuevas tecnologías permitirían cotejar muestras genéticas con una base de datos más extensa, comparando con poblaciones actuales de los territorios que disputan el origen del almirante. A diferencia de las pruebas originales, ahora sería posible un análisis de ADN mitocondrial y comparaciones con grupos de descendientes modernos que llevaran el apellido «Colón» en diversas lenguas.

El documental producido por RTVE, programado para ser estrenado el Día de la Hispanidad, ha generado gran expectación, prometiendo resultados que «reescribirán la historia universal» al responder dos preguntas fundamentales: ¿De dónde era realmente Cristóbal Colón? ¿Dónde se encuentran sus verdaderos restos?

Controversias y dudas: ¿es posible resolver el enigma?

Como suele ocurrir en toda investigación sobre un tema tan controvertido, las críticas no han tardado en aparecer. El antropólogo Miguel Botella, quien dirigió la primera fase del análisis, ha cuestionado abiertamente la posibilidad de que el origen de Colón pueda ser determinado con certeza a través del ADN. En declaraciones recientes, Botella comentó irónicamente: «Yo estudié los huesos en 2003, pero a mí Colón no me dijo de dónde era». Según su criterio, incluso con los avances tecnológicos, la ciencia no puede ofrecer una respuesta concluyente en un caso tan antiguo y con tantas lagunas en el registro histórico.

A las dudas de Botella se suman las críticas de historiadores prominentes como Consuelo Varela y Anunciada Colón de Carvajal, esta última descendiente directa del almirante. Ambos historiadores sostienen la tesis del origen genovés de Colón, que cuenta con un amplio consenso entre los especialistas. Sin embargo, se niegan a participar en el documental, al considerar que no existe suficiente evidencia para cuestionar la teoría aceptada.

La controversia de los huesos de Diego Colón

Emilio Portes, el propietario actual de los restos de Diego Colón, ha manifestado su disconformidad con el manejo de los huesos por parte de la Universidad de Granada y la productora del documental. Portes asegura que fue contactado para llevar los huesos de Diego al laboratorio de la UGR, ya que los restos en el laboratorio desde 2003 no eran suficientes para continuar con las pruebas. Sin embargo, al llegar, descubrió que estaba siendo filmado para el documental, lo que despertó sus sospechas. Además, reclama que las imágenes grabadas durante la apertura de la urna y el análisis de los huesos no le fueron facilitadas, a pesar de que él es el propietario legítimo de los restos.

Portes también cuestiona la ausencia de Miguel Botella en la segunda fase de la investigación, quien, según el empresario, fue una pieza clave en el estudio inicial y cuya experiencia hubiera sido valiosa en esta etapa.

El ADN, la historia y el eterno enigma

La figura de Cristóbal Colón siempre ha estado rodeada de un halo de misterio, no solo en cuanto a su origen, sino también en su personalidad y motivaciones. El navegante es retratado como un visionario y a la vez un hombre complejo, cuya vida es objeto de interpretaciones diversas. Al enfrentarse a la posibilidad de esclarecer su origen mediante pruebas científicas, surgen inevitables dilemas sobre hasta qué punto se puede confiar en la genética para desentrañar los secretos del pasado.

A pesar del avance en el campo de la medicina forense, existen limitaciones significativas cuando se trata de ADN antiguo y, sobre todo, en casos donde los registros históricos son escasos o contradictorios. La ciencia puede ayudar a estrechar el cerco, pero difícilmente podrá ofrecer una verdad absoluta. El análisis genético podría identificar patrones que sugieran un origen más probable, pero es poco probable que confirme un lugar de nacimiento específico.

La reivindicación de la memoria: entre la ciencia y la historia

El caso de los huesos de Diego Colón y la disputa sobre la identidad de Cristóbal Colón no son solo una cuestión de ciencia, sino también de reivindicación histórica y política. El hecho de que hasta 25 regiones distintas hayan reclamado la nacionalidad del almirante refleja el interés por asociar su figura con un territorio específico, lo que responde tanto a un orgullo histórico como a una reivindicación cultural. La figura de Colón es vista como un símbolo de la expansión europea y de la globalización temprana, y adjudicarse su origen representa un motivo de prestigio.

A medida que se acerca la presentación de los resultados del documental, las expectativas y las polémicas no han hecho más que aumentar. Por un lado, los defensores del origen genovés consideran que la historia ya ha sido escrita y que no se necesitan pruebas adicionales. Por otro lado, los partidarios de las teorías alternativas esperan que las nuevas pruebas proporcionen al fin un giro decisivo que permita resolver el enigma.

¿Sigue habiéndo fundamento para creer que Colón no era Genovés?

En humilde opinión, no. Como dice un dicho español: «Si parece queso, huele a queso y sabe a queso , es que es queso».

Las pruebas más fáciles de corroborar indican que Colón era Genovés. Su hermano Giácomo (o Jacobo, aqui llamado Diego) pidió ser naturalizado español, lo que indica que no lo era. Si su hermano carnal no lo era ¿por qué debía serlo el propio Colón?

Para mí, blanco y en botella: leche. Pero, ahí seguimos dándole vueltas y vueltas. Habrá que esperar a ver que dicen en esta próxima sesión del culebrón Colón

Conclusión: ¿un enigma sin final?

La historia de Cristóbal Colón es, en muchos aspectos, un espejo de su propia vida de explorador: llena de misterios, descubrimientos y territorios por desvelar. A pesar de todos los avances científicos y los intentos de resolver el enigma de su origen, parece que la figura del almirante continuará suscitando debates durante mucho tiempo. Quizás sea este precisamente su legado más perdurable: una figura que sigue generando fascinación y polémica más de 500 años después de su muerte.

Independientemente de lo que determine la investigación, lo cierto es que la historia de Colón, sus huesos y sus supuestos orígenes seguirán cautivando a historiadores, científicos y al público en general. Tal vez nunca lleguemos a conocer toda la verdad, pero la búsqueda continúa, porque, al igual que el propio Colón, siempre habrá un nuevo horizonte que explorar.

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