El Triskel, símbolo celta por excelencia
Como no podía ser de otra manera, la espiral anteriormente citada se unió en el Triskel en una combinación triple.
Los celtas, como todas las culturas, se daban cuenta de que el tres era el primer número que podía dar una formación geométrica y, por lo tanto, conectar entre sí, lo divino, el alma y el cuerpo material.
Cada una de las espirales que componen el Triskel, representan que hay un punto de unión entre esos tres mundos que se conectan entre sí, sin estar unidos.
Las tres espirales, sin embargo, son del mismo tamaño y ninguna de ellas tiene una posición preponderante sobre las otras dos.
Esto permite jugar con las posiciones a la hora de utilizarlo ritualmente.
Aunque se dice que era un símbolo que solo el Druida podía usar, no es completamente cierto, puesto que hay representaciones grabadas en piedra en muchos de los monumentos, en objetos e incluso en muros de casas.
Esto nos da una idea de que, probablemente (y esto es una especulación lógica), todo el mundo utilizaba el Triskel. Pero, seguramente, a diferentes niveles de poder.
La gente del pueblo celta emplearía ría como Talismán o Amuleto protector, mientras el Druida usaría su poder mágico en Rituales complejos, a los que los celtas de a pie no tenían acceso.
El símbolo es, sin lugar dudas, poderoso.
Como bien sabemos, los símbolos han sido creados como representación de una idea que el subconsciente capta al primer golpe de vista sin que hagan falta explicaciones.
Por eso son universales, ya que no necesitan de una explicación.
A través de los símbolos se accede directamente al inconsciente colectivo y, sin que lo sepa, ya se produce un cambio de vibración energética, en quien lo porta y en quien lo observa.
Si no tienes ni idea de lo que significa, quizás no podrás ser consciente de lo que te provoca, pero lo vas a sentir igual.
El Triskel ya te está enviando un mensaje.
El de que no solo existe la materia, sino que, esa materia, está unida a algo más: otros dos mundos que confluyen en un mismo punto y en un recorrido semejante, que giran al unísono en tiempos circulares.
El celta profano, por así decirlo, que era una persona del pueblo y no tenía conocimientos esotéricos, seguramente, lo grabaría en la piedra en algún lugar de su casa, sabiendo que, de alguna forma desconocida, les aportaba protección a él y su familia.
Quizás el propio Druida ritualizaba esos grabados para donarles de mayor poder.
También podría ser que el Druida los ritualizara en algún tipo de material para dárselos a quién lo necesitara para que los llevara consigo.
Por último, el Druida, utilizaría también esos Triskeles en rituales de invocación, otorgando un poder determinado a cada una de las espirales. De esa forma, podía muy bien ponerse en contacto con otros niveles de consciencia para ejecutar sus actos mágicos.
Lo que está muy claro, es que es uno, sino el que más, símbolos celtas al que mayor poder mágico se le puede atribuir.